Laura Alonso Colmenares nos cuenta su viaje al Levante Almeriense a través de sus experiencias y fotos. Tras ganar el pasado mes de mayo el concurso al responder correctamente a la cuestión sobre la LECHA, Laura y un acompañante pudieron conocer a fondo una de la poblaciones con más encanto del LEVANTE ALMERIENSE, Villaricos. Su origen, su calas, su gastronomía o su gente llamaron su atención.
La ganadora, Laura Alonso Colmenares, relata como “Almería tiene dos mares. Por un lado, el Mediterráneo, y, por otro, el que se refleja en la superficie de los cientos de invernaderos que pueblan sus tierras. Entre uno y otro, se encuentra un pequeño pueblo pesquero que, desde luego, merece la pena visitar”. Villaricos, según Laura, “ha conseguido sobrevivir al urbanismo depredador y, aunque muy frecuentado por turistas, sobre todo británicos, ha logrado mantener la esencia de lo que, sin duda, fue en su día todo el Levante almeriense”.
“Apenas 700 vecinos residen, de forma estable, en la localidad y logran que el visitante tenga la sensación de que ha regresado a “su pueblo de toda la vida”, afirma. Y nos cuenta además cómo puede ser un domingo por la mañana aquí, en el que cualquier turista “podrá encontrar a un par de amigos comiendo gambas en una terraza, dispuestos a conversar sobre lo divino y lo humano. En nuestro caso, una de esas conversaciones nos permitió descubrir el origen fenicio de la localidad, la antigua Baria del siglo VII a.C, de la que da cuenta el yacimiento que se encuentra junto a la desembocadura del río Almanzora”. Así descubrieron el pasado y el origen de Villaricos y como “buena parte de los trabajos arqueológicos se deben al ingeniero belga Luis Siret, cuyas investigaciones documentan, por ejemplo, la metalurgia del hierro y la explotación de las cercanas minas de plata y plomo”.
Su viaje continuó: “girando sobre nuestros talones y volviendo la vista hacia el mar, encontramos un pequeño puerto deportivo y un puerto pesquero, porque la pesca sigue siendo uno de los puntales económicos de Villaricos, junto al turismo y la industria farmacéutica”, relata la premiada.
Y por supuesto, sus playas fueron otras de las visitas obligadas para Laura Alonso. “Deliciosas son sus calas, como la de los Dolores, Cala Verde o la Playa dedicada al mencionado Luis Siret. Sus aguas limpísimas y transparentes hacen que sea ésta una buena zona para la práctica del buceo. De hecho, es una de las actividades que puede practicar el turista que se acerca a Villaricos, ya que hay una escuela de buceo en la localidad”. Y algo curioso y que llamó la atención de esta visitante fue “el color oscuro y pedregoso de sus playas, influenciado, seguramente, por la cercanía de la Sierra Almanegra”. Y en el paisaje del litoral, Alonso descubrió “la enigmática y solitaria roca de “La catedral”, con una abertura que permite adentrarse en su interior”.
Algo más al sur, en dirección a Almería, Laura y su acompañante continuaron la ruta y pudieron visitar “la Torre de Cristal, una torre vigía del siglo XVIII, donde se encuentra la Oficina de Turismo”.
Villaricos “goza de una temperatura fantástica pero si el día no permite ir a la playa, el turista puede visitar el enorme mercado que se instala los domingos por mañana, con cientos de puestos de lo más variopinto, entre los que, seguramente, los mas coloristas sean los de especias. El visitante podrá encontrar desde fruta hasta palos de golf”, confirma Laura Alonso.
En la plaza en la que comienza el mercadillo, se encuentra el Hostal Playa Azul, en el que se alojó nuestra ganadora y su acompañante. «A un paso del mar, que se puede contemplar desde el balcón de la habitación que vierte sobre la plaza, disfrutamos de estancias amplias, limpias, perfectamente equipadas y, sobre todo, de un trato familiar extraordinario. La cordialidad de sus propietarios es, seguramente, la mejor carta de presentación del establecimiento”.
Y esta opinión la hizo extensible al Restaurante Playa Azul, “ubicado en los bajos del Hostal. Establecimiento marinero, muy frecuentado los fines de semana, en el que nos deleitan con un menú degustación de los que no se olvidan. Aunque lo más consumido es el arroz con bogavante, no dejen de probar las extraordinarias almejas de carril y, sobre todo, la “cuajadera” de pulpo, sabroso y contundente guiso con piñones, cebolla, tomate y aceite de oliva, todo ello amalgamado por las sabias manos de José, bajo la atenta mirada de la matriarca de la familia, y a la vista, prácticamente, del comensal”. Toda una experiencia gastronómica inolvidable.
Un fin de semana completo que «no dio para mucho más», y que hará que Laura Alonso repita, “una segunda visita parece cita inevitable”. ¿Si ya has estado en Villaricos, cuéntanos tu experiencia? Y si quieres vivir un fin de semana gratis como éste en el LEVANTE ALMERIENSE participa en nuestro concurso y a disfrutar!!! El Grupo de Desarrollo Pesquero del Levante Almeriense a través del proyecto SABOR A MAR mantiene activo el concurso del mes de agosto que podréis consultar en nuestro facebook en la pestaña PROMOCIONES. Animaos a participar y disfrutad de un fin de semana como éste en el LEVANTE ALMERIENSE!! Suerte a tod@s!!